ESCRIBE: Mariana Conde
Reinel Lambrea, es un lustrabotas que lleva más de 30 años en este oficio. Es un trabajador informal, como muchos colombianos, lo destacado es que nació en las acacias, Girardot Cundinamarca. Ahora está viviendo en Brisas del Venado, periferia de la ciudad. Y desde hace 21 años trabaja en el parque Santander. Allí, empieza su jornada del día desde las 8 de la mañana hasta las 6:30 de la tarde. Por cada embolada de zapatos conseguida cobra 2.000 pesos, así que en el día puede hacerse como mínimo unas 10 o 15 emboladas. Con ese presupuesto mantiene a su familia (su esposa y sus tres hijas menores de edad) y compra su almuerzo todos los días en un local cerca del parque Santander por un costo de $4.000 pesos.
Fuente: Asentamiento Brisas del Venado Neiva- foto tomada http://www.lanacion.com.co/2016/03/04
En el transcurso de su vida no ha tenido ninguna ayuda por parte del gobierno. En su pobreza, escasez de estudio, está la falta de oportunidades, de manera que aprendió el oficio de lustrador. Este oficio no le alcanza para ahorrar y tener luego una pensión ya que aproximadamente se gana 20.000 o 30.000 pesos diarios, ganancias que sólo le alcanza para pagar los servicios básicos de la casa y alimentos de la familia (lo que le salva es que tiene casa propia).
De igual forma, este oficio poco valorado por la sociedad, es pesado porque tiene mucha competencia con sus compañeros, ya que no es el único que embellece el calzado en la plazoleta del parque Santander del la ciudad de Neiva. Mientras tanto, su esfuerzo y dedicación es costante demostrando que su trabajo vale la pena.
Reinel nos cuenta que su mejor experiencia en este oficio es tener la dicha de poder embolar los zapatos de abogados, alcaldes, docentes, ingenieros y políticos importantes; lo que él no sabe es que su presencia y su oficio es tan relevante, tan honesto y clave para mejorar la apariencia personal y provocar actitudes positivas en la vida, porque el brillo también se lleva en los pies.