Escribre: Luis Fernando Gaspar
Dejó su terruño por amor, paso de bailar Guaneña a deleitarse con los bambucos. Ella es alegría, optimismo y berraquera. La grandeza la lleva en su espíritu, en el compromiso constante y en su sentido del Humor. Beatriz Lorena es una mujer trigueña y de mediana estatura, oriunda de Pasto (Nariño) sur de Colombia. Recuerda con nostalgia sus carnavales de blancos y negros, vive muy agradecida con el Huila, especialmente con su capital Neiva, su lugar de residencia. De vez en cuando se le antoja cantar.
foto: Beatriz disfrutando sus bambucos del Huila.
Su oficio diario es enseñar, es una defensora de los recursos naturales y también de la paz, lo que no le gusta del Huila son los bizcochos de achiras… pero le encanta el asado huilense y los tamales. Con melancolía recuerda su tierra; desde luego, el cafecito con leche y el envuelto de choclo. Además, los amigos, la familia, el ají y el abrigo.
Foto: Beatríz compartiendo en familia – Pasto
A pesar del achichuca (calor) de la ciudad consiguió trabajo y amistades. Ha sido docente de varias instituciones educativas privadas y públicas. De Neiva no solo aprendió a conocer sus avenidas sino también a recorrer en motocicleta los paisajes rurales. En este ambiente nos contó lo siguiente sobre el carnaval que se celebra en su ciudad natal: “el encuentro de colonias es el 2 de enero, ese día se realiza una murga o una fiesta sobre las costumbres de cada colonia, el 3 es el carnavalito de niños y niñas, el 4 es la llegada de la familia Castañeda, una familia española que en 1948 pasó por Pasto, y en ese momento Pericles Carnaval, el más chistoso de la familia, decía venga y hacemos carnaval, y así aparecieron estas fiestas. Patrimonio nacional. De ahí nace la pintica de blanco y negro, pues, este es el símbolo que integra al indio, al negro, al mestizo y al español en un solo evento”.
Foto: Los carnavales de Blancos y negro- Pasto-Nariño
En estos ocho días de fiestas, agrega Betty (no es la señora de Pablo Picapiedra), se comparte el plato típico que es el cuy, la chicha y el hervido. Cuando hace mucho frío, ¡ achichay ¡ , se pide un hervido que es un traguito que se hace con la pulpa de una fruta ya sea de lulo, tomate o mora, luego se le echa el chapíz que es el el licor de los indígenas elaborado con maíz. El encanto del carnaval, dice la licenciada, es la pintica blanco y negro que se hace en la piel, la harina y la carioca, esta última es la espuma que se expande entre la multitud; pero lo indiscutible, asegura Beatriz Caicedo, no Pinzón, son las carrozas, y estas carrozas describe lo sucedido durante el año anterior.
Foto. La harina y la espuma es parte de la diversión de los carnavales.
Así que la profe pastusa prepara sus maletas para regresar a su pueblo ahora que anda de vacaciones, siente el sabor del cuy y nos aclara que para la navidad se pide 4 cuyes asados en la Casa del Cuy o en Tipicuy . Entre tanto, ella dice que a un pastuso no sólo se le identifica por su dialecto sino también porque es amigable y es cositero, siempre habla en disminutivo; mientras en el interior nos ven como inocentes tal vez porque somos muy amables o colaboradores, aclara la próxima doctora Betty, la que dice siempre “Hijuepuchica” ¿Qué pasó aquí?.
Foto: Beatriz y su pequeño Juan Manuel